A veces me siento más raro, más diferente del resto que de costumbre y cada día más. Sabes que te aprecio, que te respeto, que tu eres para mi más que muchos en mi vida, pero debo decirte que no lo entiendo.
El perdón es una virtud que no todo el mundo tiene. Es cierto que saber perdonar dice mucho de una persona, por eso yo he terminado perdonando todo aquello que un momento dado nos distanció, al igual que tu perdonaste mi lado mas necio. Eso sí lo entiendo.
El perdón es una virtud que no todo el mundo tiene. Es cierto que saber perdonar dice mucho de una persona, por eso yo he terminado perdonando todo aquello que un momento dado nos distanció, al igual que tu perdonaste mi lado mas necio. Eso sí lo entiendo.
Pude llegar a entender tu perdón hacia aquella persona que tanto daño te hizo, por el hecho de que comprendí que tantos años amaneciendo juntos une mucho mas que dos cuerpos; un cariño, una vida, un amor. No fue fácil, pero eso sí lo entendí.
El perdón te hace grande, pero abusar de el te vuelve vulnerable, demasiado. La otra mejilla no siempre es la solución a todo, y mucho menos lo merecido para otros cuantos. No perdonaré a quien hizo daño a una mujer por puro egoísmo. No perdonaré a quien humilla por sentirse más hombre. No perdonaré a aquel que por su naturaleza destructiva te hundió en un abismo de dolor y lágrimas. No perdonaré lo imperdonable, aquello tan cruel que ni tiene nombre, y sinceramente hay algo que no puedo entender y que me duele mucho; que tu si que lo perdones. Lo siento, pero eso no lo entiendo..
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1 Cor. 13:4-8
